viernes, 29 de julio de 2011

Triatlon de Vitoria

LA OTRA CARA DEL TRIATLON, CONTADO POR UN OBRERO DE ESTE DEPORTE.

Estamos acostumbrados a escuchar grandes historias y a leer gloriosos relatos sobre las hazañas de los triatletas en las pruebas en las que compiten. Pero es bueno conocer la otra cara de este deporte, la de los obreros del triatlón, esos hombres y mujeres que participan con ilusión y deportividad con la sana intención de terminar la prueba y disfrutar de un día de deporte. Esos sufridores y sufridoras que no tienen tiempo para entrenar regularmente, pero luchan por seguir disfrutando de la sensación de haber completado una gesta deportiva, aunque sea con un pobre tiempo.

El que hoy os escribe en este prometedor foro es uno de esos deportistas que os acercara a la otra cara de este apasionante deporte.

En esta ocasión, todo parecía indicar que sería una jornada tranquila por aquello de competir en casa. Pero nada más lejos de la realidad, para hacer hora y media de deporte dedicamos una infinidad de horas del sábado y del domingo bailando al son que nos marcaba la organización.

El sábado no hay siesta porque toca hacer cola en Betoño para el dorsal, luego otra cola para desinfectar el neopreno (en mi caso quitarle el polvo), ahora vete a la T2 a dejar unas zapatillas, después vete al pantano para hacer otra cola para dejar la bici a pasar la noche al raso y luego corriendo a casa justo para llegar a cenar con la jefa.

El domingo toca madrugon, pero no hay mal que por bien no venga, así terminamos prontito y da tiempo a pasar por casa y dar una vuelta con la familia antes de ir a la barbacoa de Zurbano. Además, sarna con gusto no pica.

Pero no!!!!, la organización nos guardaba otra sorpresa para después de la prueba, otra horita y media sudados y chupando frío hasta que nos traen la ropa que habíamos dejado en la T1. Ya solo nos queda la logística de recuperar las bicis y los coches. En definitiva, a ducharse a casa y otra vez llegar justo para comer. Hicimos un Tri Sprint, pero me quedó la sensación de haber hecho un Ironman.

Bueno, voy a contar la última maldad, antes de hablar de lo puramente deportivo. Nos racionaron la comida y la bebida en el avituallamiento de meta; y el lunes en la comida familiar de Santiago, se sacaron 2 tortillas de patata de picoteo previo y unos melones de postre que trajo un primo de Maria que había estado de voluntario porque en palabras textuales "sobró la hostia de comida". Menos mal que estábamos los xuxurradores al completo y compensábamos las penurias con risas y buen rollo. El ambiente triatleta era muy bueno en general, a pesar de que el tiempo no acompañaba. Vimos muchas caras conocidas y algunas celebritis.

Bien, bien, ya me he quedado a gusto con la organización, y ahora os cuento lo que pasó en la parte menos glamurosa del pelotón.

Arrancamos con la natación en las cristalinas aguas de Landa. Ya sabéis que tengo una teoría que me ayuda a hacer las pruebas con menos entrenamiento del aconsejable. Consiste en una correcta alimentación y descanso los días previos al triatlón, acompañado de buen material. Por neopreno y carbono que no sea ¡! Pero en esta ocasión improvisamos sobre la marcha; el amigo Raul Txoko me comió el tarro para ponernos en primera línea de salida en la orilla del pantano, nos vinimos arriba como unos campeones, "es que si nos ponemos atrás nos condenamos a llegar de los últimos". Amigo, qué gran reflexión, la próxima vez meteremos en la coctelera de ideas, el estado de forma, la preparación, entrenamientos y la experiencia. Pasó lo que tenía que pasar, para cuando llegamos a la primera boya nos queríamos morir, nos habían pasado 298 elementos por encima. Después de chapotear 150metros entre brazos, piernas y algas, con sabor a barrillo en la boca y la inevitable sensación de "
pero qué coño hago yo aquí, si solo he ido dos veces a la piscina desde Semana Santa". Pero ese es el momento de la verdad, te repones mentalmente y nadas 600 metros con tu estilo de mierda jurándote a ti mismo que vas a nadar todo el invierno, que vas a entrenar a saco y que el año próximo vas a salir del agua con los primeros. Alguna vez será la buena y os vais a enterar. Por supuesto, cuando llegas a la orilla jadeando das por hecho que todos tus colegas están ya camino de Vitoria volando raso en algún pelotón de machacas. Luego te das cuenta que siempre hay un colega tan paquete como tú.

Después de las críticas del gruñón donostiarra por mi parsimonia en las transiciones de Donosti, me esmeré por darme prisa en la T1. Una vez vistas las clasificaciones y ver que salí un minutillo antes del agua que Raul y que luego le cogí con la bici, he sacado la conclusión de que tengo un grandísimo potencial de mejora en las transiciones.

Ya estaba en la bici, es la modalidad en la que me siento más cómodo, supongo que será porque vas sentado. En cualquier caso, hice pareja con un chico de Vitoria que conocía de vista y nos pusimos a dar relevos y pasar gente, pero nadie se apuntaba a nuestra causa y no hacíamos pelotón por lo que empezaba a desmotivarme, mucho desgaste para luego correr 5 km, que me conozco. En ese momento llegamos a un grupito y ahí lo ví, una bici como la mía y una camiseta naranja sin mangas, ahí estaba Raulo, y ahora sí se formaba pelotón, justo llegamos a la cuesta de Maturana y el colega con el que había salido de la T1 haciendo relevos tiene una avería con la cadena en plena rampa del 10%, freno un poco y pierdo contacto con el grupito de Raul, qué putada. Me cuesta 3 km enganchar con ellos, finalmente me incorporo y poco después conectamos con otro grupo mayor. Buena sensación de haber recuperado posiciones.

Llegamos a la T2 con la sensación del deber cumplido. La carrera es un trámite para terminar la TRI.

La hacemos juntitos, voy tirando continuamente de Raul que está atascado. A falta de un km me confiesa que no puede más y que le jode llegar el último porque le va a caer mucha caña, especialmente de mi primo que le tiene ganas desde la Quebranta. En ese momento saco al couch que llevo dentro y le trabajo mentalmente para que se exprima y lo dé todo hasta meta, pero además decido sacrificarme y le dejo unos metros para que llegue a meta unos segundos antes y evitar así polémicas y críticas. Para qué están los colegas.


Una vez en meta, charlamos con la celebridad del evento, el mismisimo Iñaki Urdangarín, que estaba allí como uno más, nos confesó que el agua se le atraganta, parece mentira con el cuerpo que tiene el jodido, un tipo muy majo.

Pusimos en común las sensaciones de cada uno y me di cuenta que tenemos xuxurradores que ya empiezan a tener un nivel bastante bueno, Alvaro se codea con los elegidos y Mon no se queda muy atrás. Javi se sale en el sector a pie. Y Txiki, Ivan e Iker no dejan de mejorar cada año.

El resto hasta la comida fue toda una odisea. Ya la he contado antes.

Aún quedaba toda la segunda parte de la jornada triatleta, la comida barbacoa de fin de temporada con las chicas y los crios en la humilde morada del Sr. IviQuin.

Lo mejor sin duda fueron los pimientos a la brasa. La carne estaba demasiado fresca para mi gusto. En general el banquete fue cojonudo, hasta el punto de que el barman no dejaba de aplaudir mientras ponía mojitos.

La casa daba mucho juego para el evento, estuvimos realmente a gusto y yo personalmente me sentí muy, pero que muy, querido. Entre copa y copa los hombres hicimos lo propio y empezamos a decir paridas y soltar barrabasadas, pero no fue en vano, sentamos las bases para la próxima aventura de los Xuxurrok, la gran competi interna de fin de año. Volveremos a vernos las caras en Orduña a la vuelta de vacaciones, pero esta vez lo haremos por equipos. Los dos primeros de la Tri de Vitoria (Alvaro y Mon) y los dos últimos (Raul M. y Asier) será el equipo A y se verá las caras con el equipo B compuesto por los 4 clasificados en los puestos intermedios (Javi, Raul Txiki, Ivan e Iker). Aun tenemos que definir con mayor detalle los términos de la competición.

Y esta es la otra cara del triatlón, la de los obreros de este gran deporte.

Un abrazo. Asier

1 comentario:

Anónimo dijo...

Solo puedo decir que fuiste un cutre, por no ayudar a tu compañero cuando tuvo la avería en la cuesta... Obrero sí, pero mal compañero también.

Fdo: AQT